La envidia y el odio le condenaron a la cárcel, pero supo resistir y volver, más fuerte incluso que antes, con fuerza nueva para pronunciar las famosas palabras cinco años después de haber dado la última clase en la Universidad: "Decíamos ayer..." En este extracto de su oda A Felipe Ruiz, el asceta Fray Luis de León resume (mediante una excelente alegoría de las que tanto le gustaban) su historia:
Fray Luis de León, XII A Felipe Ruiz
Bien como la ñudosa
carrasca en alto risco desmochada
con hacha poderosa,
del ser despedazada
del hierro torna rica y esforzada.
Querrás hundille, y crece
mayor que de primero; y si porfía
la lucha, más florece,
y firme al suelo envía
al que vencedor ya se tenía.
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