Horacio recibió como regalo de Mecenas una villa en la Sabina para que, lejos de la ciudad, reanudara su trabajo. Junto a ella fluía una pequeña fuente, que habría de alcanzar renombre semejante al de la Fuente Castalia. El 12 de octubre del año 23 a.C. compuso este 'Carmen bucolicum' lamentando que en la festividad de las fontanelas se ensuciarían de la sangre de un cabritillo sacrificado las cristalinas aguas de la fontana.
Quintus Horatius Flaccus, Carmina, III, XIIIO fons Bandusiae, splendidior vitro,
dulci digne mero non sine floribus,
cras donaberis haedo,
cui frons turgida cornibus
primis et venerem et proelia destinat;
frustra: nam gelidos inficiet tibi
rubro sanguine rivos
lascivi suboles gregis.
te flagrantis atrox hora Caniculae
nescit tangere, tu frigus amabile
fessis vomere tauris
praebes et pecori vago.
fies nobilium tu quoque fontium
me dicente cavis inpositam ilicem
saxis, unde loquaces
lymphae desiliunt tuae.
O fuente Bandusia más clara que vidrio
y digna de un vino ceñido de flores,
mañana recibirás un cabrito
cuyos cuernos apenas despuntan,
frustrado retoño de raza lasciva,
que por destinado a amores y lides
teñirá con su sangre
tu corriente fresca.
La dura canícula no hiere tus aguas
y ofreces amena frescura a los toros
que regresan fatigados del yugo,
y a los erráticos rebaños.
Serás la más noble de todas las fuentes
porque yo he cantado la roca que se hunde
por las grutas de donde saltan
tus linfas sinfónicas.
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